Tanto el PSOE como CHA e IU consideran que la nueva normativa, que suprime el reconocimiento del aragonés y el catalan como lenguas propias en Aragón, "pisotea" los derechos de la ciudadanía.
La mayoría PP-PAR han aprobado este jueves la ley de lenguas que suprime el reconocimiento del aragonés y el catalán como lenguas propias de Aragón ante las criticas y acusaciones de la oposición de "pisotear" los derechos de la ciudadanía aragonesa y de hacer el "ridículo". La nueva norma suprime también el Consejo Superior de Lenguas y las dos academias lingüísticas. Además, solo reconoce la existencia de modalidades lingüísticas.
La diputada del PSOE Mayte Pérez denunció que esta ley es "un insulto a la inteligencia y uno de los ridículos más espantosos que puede hacer Aragon como territorio", además de un "acto de regresión".
La portavoz de CHA, Nieves Ibeas, consideró que la "única obsesión" de PP y PAR es que "se deje de nombrar las lenguas por su nombre" y advirtió de que se "ha sentenciado de muerte al aragonés". En esta línea, Barrena insistió que la nueva norma "minorizará las lenguas que ya son minoritarias" y englobó este texto en "la política de recortes de derechos del PP".
Las diputadas de los grupos que sustentan el Gobierno de Aragón, en cambio, defendieron que esta ley "protege y garantiza la supervivencia" de estas modalidades lingüísticas. María Herrero, del PAR, aseguró que " no es una ley contra nadie". María José Ferrando, en cambio, abundó en las descalificaciones contra las enmiendas de la oposición y en el " despilfarro" que, a su juicio, suponen. "Esta ley pretende frenar la imposición de lenguas ajenas y liberar a los aragoneses de la imposición de hablar lo que no hablan y de sentir lo que no sienten", sentenció.
La diputada del PSOE Mayte Pérez denunció que esta ley es "un insulto a la inteligencia y uno de los ridículos más espantosos que puede hacer Aragon como territorio", además de un "acto de regresión".
La portavoz de CHA, Nieves Ibeas, consideró que la "única obsesión" de PP y PAR es que "se deje de nombrar las lenguas por su nombre" y advirtió de que se "ha sentenciado de muerte al aragonés". En esta línea, Barrena insistió que la nueva norma "minorizará las lenguas que ya son minoritarias" y englobó este texto en "la política de recortes de derechos del PP".
Las diputadas de los grupos que sustentan el Gobierno de Aragón, en cambio, defendieron que esta ley "protege y garantiza la supervivencia" de estas modalidades lingüísticas. María Herrero, del PAR, aseguró que " no es una ley contra nadie". María José Ferrando, en cambio, abundó en las descalificaciones contra las enmiendas de la oposición y en el " despilfarro" que, a su juicio, suponen. "Esta ley pretende frenar la imposición de lenguas ajenas y liberar a los aragoneses de la imposición de hablar lo que no hablan y de sentir lo que no sienten", sentenció.
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