"Disfrutar de la música sin ninguna expectativa concreta". No hay
más. Ese es el secreto de Prau que se juntó en 1997 y que dieciséis años
después sigue en pie con más ganas que nunca de reivindicar Aragón:
"Una vez publicada esa primera maqueta, se decidió hacer todo en
aragonés y apostar por los instrumentos tradicionales en las melodías,
sustituir los punteos de guitarras por los instrumentos tradicionales y,
siempre, desde la filosofía del do it yourself (háztelo tú mismo)",
arranca Chabi, bajista de la formación que insiste, junto a la
vocalista, Isabel, en que "el aragonés es la marca de la casa, como
puede serlo el uso de la gaita. Si no, sería otra historia".
Y es
que la reivindicación de la lengua y de los valores aragoneses es una
de las señas de identidad de la banda: "Intentamos dignificar nuestra
tierra, costumbres y reivindicar determinadas actuaciones que se hacen o
se dejan de hacer", asegura Isabel. Quizá por eso ven con preocupación
la nueva ley de lenguas aprobada en las Cortes de Aragón ya que la
consideran un ataque directo contra la Historia: "El Gobierno anterior
dio un mínimo paso que ni mal ni bien sino todo lo contrario, pero esto
que han hecho ya huele a rancio totalmente, como muchas cosas que hacen
este tipo de gobiernos", empieza el bajista de Prau que va más allá: "De
la vergüenza hemos pasado a hacer la risa. El hecho es que si se
llamara suahili esta lengua, se llamaría así pero como se llama catalán
hay un sentimiento muy politizado de intentar poner en contra a los
pueblos y a los gentes. Y como eso no se llama catalán pues esto que
cantamos nosotros tampoco es aragonés. Hombre, por favor. Que tenemos
mucha historia como para tirarla de un plumazo", reivindica Chabi que
asegura que "da vergüenza hablar con gente de otros lugares que te dicen
'pero, tío ¿ahí qué estáis haciendo?'. No entiendo por qué no le hacen
caso a los lingüistas. Es que no nos reconocen ni el nombre".
Aún
así, el músico es optimista: "Supongo que esto va a ser como un
movimiento contrario de acción-reacción. Ya hay movimientos por ahí,
agrupándose para ir contra este tipo de leyes porque esto no nos lleva a
ningún lado". Ambos, Chabi como Isabel, hablan con conocimiento de
causa ya que han trabajo con Nogará Religada y han estado "muy cercanos"
al movimiento Chuntos por l'aragonés de donde salió la Academia de la
lengua, "un órgano alegal que, aunque no respetó el anterior gobierno,
la ley sí reguló ya una lengua común, entre los patrimoniales del norte y
la gente que estábamos aquí aprendiendo o trabajando por la lengua aquí
en Zaragoza... pero eso se ha borrado de golpe".
Un idioma con
el que el grupo se ha identificado desde el principio, algo que no les
supuso grandes dificultades: "Al principio, las letras se comenzaban
haciendo en castellano y luego se traducían pero realmente no tenía
mucho sentido porque las cosas no cuadran exactamente igual y entonces
se decidió hacer las letras en aragonés. Y así nos sirvió un poco para
aprendizaje, el que sabe más, lo transmite e intentamos todos tener un
conocimiento un poco básico y algunos tienen mayor soltura", explica la
vocalista que se sorprende cuándo se le pregunta cómo es cantar en
aragonés: "Pues es igual que en castellano, realmente por mucho o poco
que sepas es una lengua muy intuitiva porque todos hemos utilizado
expresiones o palabras en aragonés".
Junto al idioma, el grupo no
ha dejado de lado otra seña de identidad aragonesa como son los
instrumentos tradicionales: "Hay mucha gente que lleva muchísimo tiempo
luchando por su dignificación y su uso y recuperando partituras", dice
Chabi que defiende su estilo de "rock y gaitas ya que en todo el mundo
se combinan músicas tradicionales con más modernas". Algo que Prau ha
hecho desde el principio como algo innegociable: "Siempre estamos
pensando cuando hacemos una canción en la tesitura de voz de Isa y en
las tonalidades de los instrumentos tradicionales. A veces hay que
desechar o modificar canciones porque no casan".
En sus
diferentes viajes por España, la banda ha podido comprobar que "muchas
veces se tiene más sensibilidad por nuestra diversidad fuera que aquí
mismo", afirma Isabel que reconoce, de todas formas, que todo ha
cambiado mucho: "Hace diez años había gente que le parecía de risa lo
que hacíamos y decían que si habíamos cogido las cuatro palabras del
pueblo". En ese sentido, recuerda Chabi, "que se ha ido avanzando
gracias al trabajo de colectivos como Nogará, Radio Topo, Enrestida...
pero aún falta. En Galicia, por ejemplo, hemos hecho entrevistas en
gallego y nosotros en aragonés en la radio autonómica; en Asturias, lo
mismo. Luego está Radio Matarranya que emite en catalán... Y aquí,
nada".
Y es que, ambos creen que el problema es "la politización
de la cultura que es un grave error. La cultura es cultura y punto, y la
lengua es una lengua y ya está. Es patrimonio. Con la lengua no se
puede matar a nadie, no puedes hacer nada malo", reafirman.
Las
letras de Prau abarcan mucho más que la reivindicación de un idioma: "En
las letras denunciamos muchas cosas pero sin más, no buscando nada más.
Aunque hay veces que hablamos de cosas que nos pasan en la vida, no
siempre es lucha y revolución, pero la música la entendemos desde ese
prisma. Tenemos algo que decir y lo decimos, cuando no tengamos nada que
decir, dejaremos de tocar".
Fuente: www.elperiodicodearagon.com
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