Severino Pallaruelo presentó ayer en Sabiñánigo su libro "O trasgresor piadoso", editado por Xordica Editorial, después de que se diera a conocer en la pasada Feria del Libro de Monzón. En la presentación, que tuvo lugar en Ara Cultural, Severino Pallaruelo hizo hincapié en que este trabajo se ha hecho "sin ninguna cortapisa, sin más finalidad que el sacar lo que a uno le apetecía sacar de ese mundo que ya no existe, que es el mundo de la infancia, y además tengo una intencionalidad clara, y es que me apetece mucho hacer llegar al público el sonido de la lengua aragonesa que yo conocí y que yo hablé".
"O trasgresor piadoso" está escrito en aragonés, la lengua materna del autor, la que aprendió cuando era niño en Puyarruego (comarca de Sobrarbe) en su casa, en su familia, entre sus vecinos. "En este aragonés son las primeras palabras que dije y las primeras que escuché".
Dentro de su producción literaria, Severino Pallaruelo ya había escrito antes en esta lengua, "hace 35 años. A finales de la década de los setenta gané uno de los premios del concurso de cuentos en aragonés que entonces se convocaban en Barbastro, y lo publicaron, pero luego dejé de escribir en aragonés, y es más, estaba seguro de que no lo volvería a retomar".
Pero hace unos años, Severino Pallaruelo, tal vez en esa añoranza por su lengua materna, comenzó a hacer anotaciones, "sin ninguna intención de publicar lo que iba escribiendo cuando empecé a dejar más libertad a la fantasía creadora, no sólo en textos sino también en dibujos, porque este libro tiene muchos dibujos, muchas ilustraciones que he ido haciendo. Sorprende que lo que me iba saliendo en esas anotaciones, eran palabras en aragonés, aquellas palabras de mi infancia, las del pueblo en el que me crié, y así estuve durante algunos meses rellenando las hojas de un cuaderno sin ninguna intención de que nunca jamás fueran publicadas. Todo aquello que iba escribiendo durmió en un cajón hasta que lo vio el editor de Xordica Chuse Raúl Usón y le pareció interesante publicarlo".
Asimismo, dice que aunque hacía tiempo que no hablaba en esta lengua, no le fue difícil escribir en ella "porque ha brotado sola. Es verdad que son textos muy vinculados a los paisajes que he conocido de niño, a la tierra, a la vida, a la historia, a la familia, a los vecinos, es decir, he empleado las palabras que empleé entonces y en el mismo contexto en el que las empleé, por eso me ha sido fácil".
Algunos textos de la publicación están dedicados precisamente a esa lengua que aprendió de niño, pero argumenta que ésta le ha servido para escribir un cuaderno con sus vivencias. "Tal vez si quisiera emplearla para escribir otras cosas, probablemente no podría hacerlo, tendría que forzar el vocabulario y todo el modo de hablar que yo aprendí, así que los textos de "O trasgresor piadoso" no buscan en ningún momento ni la perfección literaria ni la adaptación a unas normas de un aragonés unificado ni el buscar términos aragoneses ajenos a los que yo aprendí de niño".
En esta publicación se reproducen los textos tal y como el autor los escribió en su momento, junto con una selección de las ilustraciones de su diario. "Se reflejan vivencias relacionadas con muchas cosas, con los trabajos, los colores, los olores, los ruidos, las personas, hay también pequeñas historias, cuentos muy cortos que evoco al pensar en algunos objetos o en algunos paisajes. También algunas páginas se han hecho de manera peculiar, por ejemplo, se ha puesto una ilustración para hacer referencia al texto que ya estaba escrito y en otras ha sido al revés, se han hecho textos para comentar alguna ilustración que estaba hecha. Así, hay historias que han surgido ante la evocación que esa ilustración me ha traído, y hay reflexiones en torno a la misma lengua y a las limitaciones que tiene y al estado en el que se encuentra, y a lo que siento ante ese estado".
Además, el libro tiene pequeños poemas, que hacen referencia a ruidos, sonidos, paisajes, a determinados personajes, "hay poemas muy cortitos, a modo de reflexión breve ante lo que me sugiere la contemplación de una imagen y hay fotografías en blanco y negro que las pegue en el cuaderno porque me sugerían algo. En fin, el libro tiene todas las características de un cuaderno bastante personal que como digo, no se hizo con la intención de ser publicado, aunque luego no haya sido así y yo esté contento del resultado".
Severino Pallaruelo lleva muchos años escribiendo ensayos y relatos con los Pirineos. Algunos de sus libros como "Pastores del Pirineo" (1988), "José, un hombre de los Pirineos" (2000) o "Pirineos, tristes montes" (1990, Xordica, 2008), se han convertido en clásicos dentro de la literatura pirenaica.
Severino Pallaruelo explica que el título de "O trasgresor piadoso" se le ocurrió cuando cogió el cuaderno el día que salió al campo dispuesto a escribir "dejando brotar las palabras, que surgieran libremente, y salió este título. Luego, cuando vi el cuaderno acabado y publicado, me parece que sin querer ha resultado acertado este título porque sí es una obra bastante trasgresora respecto a todo, al formato, a la manera de ser escrita, de ser planeada, a la mezcla de textos y de ilustraciones, a la ortodoxia del lenguaje que no se atiene a ninguna norma académica, y lo de piadoso, que no sé porque lo puse, sí que finalmente entre las acepciones que la palabra piedad tiene en castellano, hay una que hace referencia al afecto, al cariño en el trato, a los antepasados, a la historia, a los seres más cercanos y más queridos, y en ese aspecto, este libro sí que es piadoso porque esta tratado con mucho afecto, así que finalmente creo que el titulo ha acabado respondiendo al contenido".
Fuente: www.diariodelaltoaragon.es
"O trasgresor piadoso" está escrito en aragonés, la lengua materna del autor, la que aprendió cuando era niño en Puyarruego (comarca de Sobrarbe) en su casa, en su familia, entre sus vecinos. "En este aragonés son las primeras palabras que dije y las primeras que escuché".
Dentro de su producción literaria, Severino Pallaruelo ya había escrito antes en esta lengua, "hace 35 años. A finales de la década de los setenta gané uno de los premios del concurso de cuentos en aragonés que entonces se convocaban en Barbastro, y lo publicaron, pero luego dejé de escribir en aragonés, y es más, estaba seguro de que no lo volvería a retomar".
Pero hace unos años, Severino Pallaruelo, tal vez en esa añoranza por su lengua materna, comenzó a hacer anotaciones, "sin ninguna intención de publicar lo que iba escribiendo cuando empecé a dejar más libertad a la fantasía creadora, no sólo en textos sino también en dibujos, porque este libro tiene muchos dibujos, muchas ilustraciones que he ido haciendo. Sorprende que lo que me iba saliendo en esas anotaciones, eran palabras en aragonés, aquellas palabras de mi infancia, las del pueblo en el que me crié, y así estuve durante algunos meses rellenando las hojas de un cuaderno sin ninguna intención de que nunca jamás fueran publicadas. Todo aquello que iba escribiendo durmió en un cajón hasta que lo vio el editor de Xordica Chuse Raúl Usón y le pareció interesante publicarlo".
Asimismo, dice que aunque hacía tiempo que no hablaba en esta lengua, no le fue difícil escribir en ella "porque ha brotado sola. Es verdad que son textos muy vinculados a los paisajes que he conocido de niño, a la tierra, a la vida, a la historia, a la familia, a los vecinos, es decir, he empleado las palabras que empleé entonces y en el mismo contexto en el que las empleé, por eso me ha sido fácil".
Algunos textos de la publicación están dedicados precisamente a esa lengua que aprendió de niño, pero argumenta que ésta le ha servido para escribir un cuaderno con sus vivencias. "Tal vez si quisiera emplearla para escribir otras cosas, probablemente no podría hacerlo, tendría que forzar el vocabulario y todo el modo de hablar que yo aprendí, así que los textos de "O trasgresor piadoso" no buscan en ningún momento ni la perfección literaria ni la adaptación a unas normas de un aragonés unificado ni el buscar términos aragoneses ajenos a los que yo aprendí de niño".
En esta publicación se reproducen los textos tal y como el autor los escribió en su momento, junto con una selección de las ilustraciones de su diario. "Se reflejan vivencias relacionadas con muchas cosas, con los trabajos, los colores, los olores, los ruidos, las personas, hay también pequeñas historias, cuentos muy cortos que evoco al pensar en algunos objetos o en algunos paisajes. También algunas páginas se han hecho de manera peculiar, por ejemplo, se ha puesto una ilustración para hacer referencia al texto que ya estaba escrito y en otras ha sido al revés, se han hecho textos para comentar alguna ilustración que estaba hecha. Así, hay historias que han surgido ante la evocación que esa ilustración me ha traído, y hay reflexiones en torno a la misma lengua y a las limitaciones que tiene y al estado en el que se encuentra, y a lo que siento ante ese estado".
Además, el libro tiene pequeños poemas, que hacen referencia a ruidos, sonidos, paisajes, a determinados personajes, "hay poemas muy cortitos, a modo de reflexión breve ante lo que me sugiere la contemplación de una imagen y hay fotografías en blanco y negro que las pegue en el cuaderno porque me sugerían algo. En fin, el libro tiene todas las características de un cuaderno bastante personal que como digo, no se hizo con la intención de ser publicado, aunque luego no haya sido así y yo esté contento del resultado".
Severino Pallaruelo lleva muchos años escribiendo ensayos y relatos con los Pirineos. Algunos de sus libros como "Pastores del Pirineo" (1988), "José, un hombre de los Pirineos" (2000) o "Pirineos, tristes montes" (1990, Xordica, 2008), se han convertido en clásicos dentro de la literatura pirenaica.
Severino Pallaruelo explica que el título de "O trasgresor piadoso" se le ocurrió cuando cogió el cuaderno el día que salió al campo dispuesto a escribir "dejando brotar las palabras, que surgieran libremente, y salió este título. Luego, cuando vi el cuaderno acabado y publicado, me parece que sin querer ha resultado acertado este título porque sí es una obra bastante trasgresora respecto a todo, al formato, a la manera de ser escrita, de ser planeada, a la mezcla de textos y de ilustraciones, a la ortodoxia del lenguaje que no se atiene a ninguna norma académica, y lo de piadoso, que no sé porque lo puse, sí que finalmente entre las acepciones que la palabra piedad tiene en castellano, hay una que hace referencia al afecto, al cariño en el trato, a los antepasados, a la historia, a los seres más cercanos y más queridos, y en ese aspecto, este libro sí que es piadoso porque esta tratado con mucho afecto, así que finalmente creo que el titulo ha acabado respondiendo al contenido".
Fuente: www.diariodelaltoaragon.es
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