El informe atribuye esta categoría al aragonés, lo que significa que los menores no aprenden el idioma como lengua materna en el hogar. El escaso número de hablantes que lo utilizan se congregan en los valles altos de los Pirineos, en particular en Somontano, Sobrarbe y Ribagorza.
También el euskera, el bable, y el aranés, están en riesgo de desaparición, según la Unesco. Este atlas, que puede seguirse de forma gratuita a través de la web de la Unesco, incluye una lista de unas 2.500 lenguas (entre ellas unas 220 extintas en los últimos 60 años) en riesgo de desaparecer, con el grado de peligro y el país o países donde se habla.
En este sentido, ofrece cinco grados de riesgo de una lengua (de menor a mayor): "vulnerable" (los niños hablan el idioma, que puede estar restringido a ámbitos como el hogar), "definitivamente en peligro de extinción" (los menores no aprenden el idioma como lengua materna en el hogar), "gravemente en peligro de extinción" (hablan los abuelos, los padres entienden y los niños no lo hacen), "críticamente en peligro de extinción" (abuelos y mayores son los hablantes más jóvenes) y "extinta" (sin hablantes desde la década de 1950).
En el atlas de la Unesco, el euskera es una lengua "vulnerable" que hablan 660.000 personas en las Comunidades de País Vasco y Navarra, y en los territorios franceses de Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa, en el departamento de los Pirineos Atlánticos.
El aranés (o gascón occitano) se encuentra "en peligro de extinción" y lo hablan unas 250.000 personas, de ellas unas 3.800 en España según un censo de 1991. Esta lengua se practica en el Valle de Arán (Lleida), así como en los departamentos de Landas, Gers y Hautes-Pyrènèes, la parte occidental de Pirineos Atlánticos y de Haute-Garonne y Ariège, y el sur y oeste de Gironde (Francia).
Por su parte, el bable está "definitivamente en peligro de extinción" y lo hablan unas 150.000 personas, fundamentalmente en Asturias, noroeste de Castilla y León, Cantabria y Extremadura (España), así como los municipios de Miranda do Douro y Vimioso (noreste de Portugal).
Según la Unesco, la mitad de las 6.700 lenguas que se hablan en la actualidad están en peligro de desaparecer antes de finales del siglo XXI, aunque este proceso puede frenarse si los Gobiernos y las comunidades de hablantes toman "medidas urgentes".
Fuente: www.aragondigital.es
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