Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que existía un consenso en
Aragón sobre la existencia y denominación de nuestras lenguas propias:
castellano, aragonés y catalán. Todos los grupos parlamentarios (PP,
PSOE, PAR, CHA e IU) reconocíamos esa realidad trilingüe, pero no ha
habido final feliz: el consenso se rompió por intereses electoralistas, y
ahora PP y PAR acaban de tomar una decisión que sentenciará a muerte al
aragonés, sin duda, la más vulnerable. En el camino han sucedido muchas
cosas que no está de más recordar.
Había consenso sobre nuestras tres lenguas en 1993, cuando el Informe
y la Resolución del Justicia de Aragón sobre lenguas minoritarias lo
daban por "sabido". Lo había en el Dictamen de la Comisión especial
sobre Política Lingüística en Aragón, en las Cortes, aprobado sin ningún
voto en contra en 1997.Lo seguía habiendo en el anteproyecto de Ley de
Lenguas de Aragón de 2001, elaborado desde un departamento del PAR en la
DGA. Incluso la Ley de Patrimonio Cultural incluía desde 1999 una
disposición para que se proporcionara "el marco jurídico específico para
regular la cooficialidad del aragonés y del catalán".
La ruptura del consenso llegó con la reforma del Estatuto de
Autonomía de Aragón, en 2007. PP y PAR dieron un giro a sus
planteamientos anteriores, renegando del reconocimiento del aragonés
como tal, y del catalán como lengua propia. Chunta Aragonesista(CHA)
propuso nombrar expresamente el aragonés y el catalán en el Estatuto,
para dar el máximo rango a los derechos de sus hablantes. Sin embargo,
el voto en contra del resto de los grupos (no sólo PP y PAR, también
PSOE e IU) lo impidió.
A pesar de ello, el 17 de diciembre de 2009 nació una Ley para el
uso, la protección y la promoción de las lenguas propias de Aragón. CHA
participó decisivamente para tenerla, aunque le hubiera gustado que
fuera más valiente y comprometida. No pudo ser, y como el Gobierno de Marcelino Iglesias
no tuvo la mínima voluntad de desarrollarla, el PP y PAR lo han tenido
muy fácil para deshacer lo andado, presentando una reforma que es una
derogación "de facto".
El tercer informe del Comité de Expertos de Evaluación sobre el grado
de cumplimiento de la Carta Europea de las Lenguas Regionales o
Minoritarias, ratificada por España en 2001, alerta del riesgo evidente
de desprotección del patrimonio lingüístico que conllevaría la
modificación de la Ley de Lenguas en los términos previstos por el
Gobierno de Rudi.¿Es que hay que hacer caso a Europa
para recortar y no para proteger nuestro patrimonio? Está claro que no
respetan ni la tímida norma estatutaria, pero ¿tampoco quieren cumplir
la Constitución, que Rajoy considera inamovible, sobre la protección de nuestras lenguas?
El PAR ha encontrado junto al PP un espacio de acción basado en la
negación de la evidencia. Su propuesta para denominar "lengua aragonesa"
a toda aquella que se hable en Aragón aparte del castellano, es, cuando
menos, un insulto a la inteligencia, sin el más mínimo soporte
filológico. Viendo una posible rentabilidad electoral del
anticatalanismo, ambas formaciones políticas están dispuestas a utilizar
denominaciones acientíficas para los sistemas lingüísticos que, desde
la Edad Media, son conocidos como aragonés y catalán, y que la comunidad
científica reconoce como tales.
Frente a la uniformidad que impone el PP en todo el Estado, en línea
con una involución autonómica desenfrenada, CHA reivindica la existencia
en Aragón de tres lenguas con tres realidades diferentes. Y el
aragonés, que está en peligro de muerte, requiere medidas urgentes de
acción positiva. Una lengua no es un objeto que podamos meter en una
urna, exige una normalización y voluntad política para que siga viva, se
estudie, se investigue sobre ella y se incremente su uso. El aragonés,
valiosísimo legado histórico y patrimonial, debe ser cooficial en todo
Aragón y se debe fomentar su utilización con criterios de voluntariedad,
gradualidad, progresividad y suficiencia. Es su única posibilidad de
supervivencia.
Los aragoneses y aragonesas somos responsables de que el aragonés
siga siendo una lengua viva, y quienes deberían tenerlo más presente
son, sobre todo, quienes ocupan ahora los despachos del Gobierno de
Aragón.
Fuente: www.elperiodicodearagon.com
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