Nueve asociaciones aragonesas defensoras del catalán y el aragonés han elaborado el 'Mapa lingüístico de Aragón' para facilitar la legislación autonómica al respecto y tratar de combatir su muerte silenciosa
Qué en un territorio como el nuestro se hablen tres lenguas es una riqueza, explicó Jose Ignacio López Susín, coordinador del 'Mapa Lingüístico de Aragón', un libro editado por nueve asociaciones culturales del ámbito lingüístico que pretende servir como herramienta para salvaguardar las lenguas autóctonas -el aragonés y el catalán- como parte del patrimonio inmaterial de la región al igual que se defienden las ermitas románicas del Pirineo en peligro de derrumbe, ejemplifico López Susín.
La ley no es clara sobre su protección y la transmisión de generación en generación disminuye cada día más por la falta de uso fuera del ámbito familiar. López Susín habla de una muerte silenciosa que este colectivo trata de combatir. Para ello han elaborado esta particular representacion cartográfica que muestra la región aragonesa con cada uno de sus municipios delimitados y coloreados en función de la lengua que allí se habla.
De esta forma, desde el Pirineo hasta la altura de Robres aparece representado el aragonés en verde oliva, el catalán tiñe de naranja los pueblos limítrofes con Cataluña y el color crema -que identifica el castellano- es la tonalidad del resto de la comunidad autónoma. El 'Mapa lingüístico de Aragón' ha sido confeccionado en base a los anexos que incorporaba el anteproyecto de Ley de Lenguas que en 2001 elaborado por el propio Gobierno autonómico y en los que se establece, municipio a municipio, dónde se habla cada lengua. En esa propuesta legislativa se hablaba clarísimamente del aragonés y el catalán, y se proponía que fueran oficiales, explicó López Susín.
El coordinador del libro explicó que la idea de reflejar los datos de ese antiguo proyecto en este mapa lingüístico surge en un momento en el que reaparecen en la administración cuestiones relativas a la denominación de estas lenguas, que se hablan sobre todo en el Alto Aragón. La intención es ayudar a solventar las dudas sobre su denominación y los territorios en los que se hablan para que cuando el debate se ponga sobre la mesa haya elementos escritos y visuales en los que apoyar las argumentaciones.
Además del mapa y la información legislativa, el libro contiene otra parte importante que recoge la denominación de los distintos municipios aragoneses en la lengua autóctona que allí se habla. Los editores del 'Mapa lingüístico de Aragón' pretenden fomentar así el cumplimiento de la obligación de señalizar las poblaciones en ambas lenguas que aparece en la Ley de Comarcalización, pero que algunos territorios como la Jacetania y el Alto Gállego no han llevado a la práctica todavía. Este tipo de cosas ayudarían a concienciar a la gente, comentó Susín, que apuesta por que, como toda lengua, el aragonés y el catalán sirvan en Aragón para cubrir las necesidades de comunicación de sus hablantes.
El sociólogo Natxo Sorolla destaca en la introducción del libro que en pocas ocasiones los límites administrativos coinciden con los límites históricos de las lenguas y por ello apuestan por concretar su ubicación para poder defenderlas. No hay que verlo como un peligro ni como una forma de dividirnos. Lo raro en un territorio es que se hable una sola lengua, argumentó López Susín.
Fuente: Heraldo de Huesca (edición papel)
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