PP y PAR rechazan aceptar el aragonés y el catalán y "las imposiciones". CHA, IU y PSOE lamentan que se cercene el derecho de miles de aragoneses
El PP y el PAR enterraron ayer los
derechos lingüísticos de miles de aragoneses que tienen como lengua
vernácula una distinta al castellano al permitir que continúe la
tramitación del proyecto de ley del Gobierno de Aragón que niega la
existencia del aragonés y el catalán como lenguas propias de la
comunidad. Sucedió en las Cortes, donde rechazaron las enmiendas de
devolución presentadas por CHA e IU (que presentó un texto alternativo
en el que se defendía la cooficialidad de las tres lenguas), que querían
reconocer el derecho de los ciudadanos del norte y la franja oriental
aragonesa. La negación de la denominación catalán, en contra de todos los criterios filológicos, y la cooficialidad protagonizaron un debate en el que abundó la polémica.
El proyecto de ley fue defendido por la consejera Dolores Serrat,
para quien este proyecto aboga por "la voluntariedad, sin coacción y sin
imposición de fuera". Pero en realidad, detrás del proyecto de ley que,
como dijo la portavoz de CHA, Nieves Ibeas, es una "derogación
encubierta" de la ley de lenguas vigente, se oculta el temor a reconocer
la existencia del catalán como idioma propio de Aragón. A juicio de
Ibeas, este proyecto esconde "una vena anticatalanista" y recordó que
siempre ha habido consenso entre los grupos, "incluido el PAR" en
admitir la realidad trilingüe de Aragón. La portavoz nacionalista, que
además es filóloga, recordó el "privilegio" que supone tener tres
lenguas y consideró "un insulto a la inteligencia sin soporte
científico" afirmar que todas las modalidades lingüísticas que se hablan
en Aragón son "aragonés". Lamentó que se firme "la sentencia de muerte
del aragonés" y que se oculte un informe europeo que considera que se
incumpliría una normativa europea de defensa de las lenguas minoritarias
y lo consideró paradójico cuando las imposiciones europeas que
consisten en recortes sí se acatan.
Adolfo Barrena, portavoz de IU, lamentó que se "niegue y reniegue del
catalán" aunque sea una lengua aragonesa y consideró que se cercenan
"derechos de los ciudadanos", aunque sean una minoría. Consideró que se
condena al "limbo y a la clandestinidad" a todo aquel que no habla
castellano. "Deberán pedir perdón a esos ciudadanos", indicó, al tiempo
que denunció "la intoxicadora campaña de la derecha" de que se pretende
"catalanizar Aragón" y consideró una aberración asociar "un idioma a un
territorio", en referencia al temor a considerar que hablar catalán es
ser de Cataluña. Lo mismo que el español se habla en México o Argentina
sin que nadie considere que eso es una asimilación con España.
Pero ni esta palmaria realidad ni los criterios científicos son
suficientes para las portavoces del PAR, María Herrero, y del PP, María
José Ferrando, quienes usaron sus intervenciones para repudiar la
existencia del catalán y asociarlo al catalanismo.
Herrero consideró que es un asunto que
genera "fractura social y que es "complejo y difícil de resolver". A su
vez, consideró que el PAR "no es anticatalanista, sino profundamente
aragonesista" para reafirmar la voluntad de su partido por defender "los
derechos lingüísticos de los aragoneses sin apoyar las tesis del
catalanismo". Incluso insinuó que el catalán de Aragón es anterior a
Cataluña y es discutible que sea catalán y recordó que en Valencia --en
contra de su universidad-- decidieron que su catalán se llame
valenciano.
Mayte Pérez, del PSOE, lamentó que el Gobierno "siga siendo durísimo
en los derechos de los ciudadanos" y rechazó la cooficialidad. Pero
abogó por "hacer visible lo cotidiano" y reconocer "el derecho de miles
de aragoneses", sin buscar, "como hace el PP" la "confrontación".
Fuente: www.elperiodicodearagon.com
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