Una guía patrocinada por el ayuntamiento persigue llegar a aulas de la comunidad donde se imparte el aragonés Lo que no se conoce ni se quiere ni se valora" dice su autor
"Sería un sueño llegar a los colegios, pero el principal objetivo es contribuir a que el aragonés resucite y no se pierda". Las palabras de Chusé Antón Santamaría pregonan la gran meta del autor de un material didáctico, Aragonés ta Primaria, que pretende hacerse "indispensable" para la enseñanza de la lengua aragonesa en las aulas. La guía, un proyecto de Aladrada Ediciones, con patrocinio del Ayuntamiento de Zaragoza, apoyo de Unesco-Aragón y que cuenta con la colaboración de varias entidades culturales, fue presentada el pasado martes en la universidad, está concebida, asimismo, como un "medio de comunicación entre los profesionales de la enseñanza", advirtió el autor.
Compuesto de doce unidades didácticas vertebradas alrededor de varias actividades significativas prácticas y relacionadas con la experiencia cotidiana de los alumnos, el libro presta especial atención a "la lengua oral y cotidiana, como medio de comunicación básico y próximo a la realidad de los niños", explicó Santamaría, profesor jubilado tras 38 años de docencia.
El aragonés se imparte actualmente a alrededor de 350 alumnos cada año. Se hace, una hora a la semana, en apenas una docena de centros educativos situados en el Pirineo, un número muy inferior a los aproximadamente 2.800 que aprendieron catalán el curso pasado en toda la comunidad autónoma. "Se trata de que el aragonés resucite y no se pierda del todo. Yo lo he vivido cada día en mi casa y me da mucha pena, por lo que me centro en transmitir la sensación de que esta lengua hay que trabajarla oralmente, memorizarla y apelar a un planteamiento interactivo y participativo, con ilustraciones atractivas y ejercicios originales, para que los escolares valoren el aragonés como medio de comunicación en el aula".
Poca fe
Pero Santamaría no alberga demasiadas esperanzas de que el Gobierno de Aragón elija su guía para destinarla a los centros que imparten el aprendizaje de la lengua. "Creo que van a seguir haciendo lo mismo, aunque varios profesores ya han manifestado que les parece algo extraordinario". Porque la guía ofrece un planteamiento distinto al que se lleva a cabo actualmente en las clases de aragonés. "Ahora se trabaja con la gramática, al estilo tradicional y yo insisto en que el aragonés no se puede enseñar como una lengua extranjera porque, aunque también tenemos el castellano y el catalán, es la más nuestra aunque la estamos dejando morir porque lo que no se conoce no se quiere ni se valora", asegura el autor.
Por eso, la ley de lenguas aprobada por la DGA no gusta a Santamaría, que considera que "es bajar el nivel del texto anterior que derogaron y no dispone de los elementos necesarios" porque, de hecho, "no nombra ni al aragonés ni al catalán y da la sensación de que se han centrado en quedar bien legislativamente".
Fuente: www.elperiodicodearagon.com
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