“Resollar”- dícese de la acción interrumpida en una respiración, concebida como sensación de ansiedad, cansancio, desasosiego, desazón, desesperanza, pesadumbre…
Término que puede reflejar la cruda realidad de la lengua aragonesa, que agoniza callada, con intermitentes pero constantes “resuellos”, tímidas bocanadas de aire que le han insuflado la suficiente energía para alcanzar nuestros días con perspectivas de una lenta pero palpable recuperación y dignificación.
Desde esta humilde sección, rondaremos y viajaremos a lomos de una lengua, que se muere de ganas de ser escuchada, querida y respetada. El aragonés, va a convertirse en el protagonista de una sección que va a capuzarse en diversos y variopintos temas de opinión, en el pasado, presente y futuro de la lengua y sus fablas, en reflexiones socioculturales y en un rincón dónde jugaremos con tesoros lingüísticos del Altoaragón.
Será una sección abierta, plural y participativa, donde la prosa y el verso se darán la mano, en la que demostraremos que el aragonés es tan válido y hermoso como cualquier otra lengua cuando hay que hablar de sentimientos y humanidad.
Todo ello y mucho más coordinado por un humilde charrador, “o caganiedos de Lorenza” o Jaime Capablo, que junto a una cuadrilla de soñadores y pastores de palabras intentaremos que nos ayudéis a que esta vieja lengua no deje de resollar.
Fuente: www.rondasomontano.com
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