"Una panorámica del aragonés y sus diferentes dialectos" es lo que Francho Nagore, director del Diploma de Especialización en Filología Aragonesa de la Universidad de Zaragoza, ha querido elaborar a través de su libro Lingüística distopica de l'Alto Aragon, obra que presentó ayer mismo en la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de Huesca.
Junto a Nagore, tomaron parte en el acto de ayer por la tarde Javier Giralt, director del Departamento de Lingüística General e Hispánica de la Universidad de Zaragoza; Jesús Vázquez Obrador, coordinador del Grupo Emergente de Investigación Filar (Filología Aragonesa) de la Universidad de Zaragoza, y Chusé Inazio Nabarro, presidente del Consello d'a Fabla Aragonesa.
Esta obra, subtitulada Cómo ye l'aragones de cada puesto: carauteristicas, bibliografía, testos, mapas, supone una "fotografía" que muestra la distribución geográfica de hasta 37 variantes dialécticas del aragonés a través de explicaciones teóricas, mapas y textos representativos de cada uno de estos dialectos, donde puede observarse su aplicación práctica.
Escrito íntegramente en aragonés, este libro supone una gran novedad dentro del estudio de esta lengua, ya que, apunta Nagore, "no se había hecho todavía una panorámica de estas características, pues los estudios anteriores se centraban en un sólo dialecto o en los presentes en una zona concreta de Aragón, pero ningún trabajo los recogía todos".
A través de un arduo trabajo de documentación, recopilación e investigación que se ha extendido durante más de 25 años, el autor había reunido "una gran cantidad de apuntes sobre las diferencias dialectales de cada lugar". Partiendo de estos datos, que reúnen información desde el siglo XX hasta hoy en día, y "rebuscando en publicaciones y revistas", Nagore dedicó el curso pasado a estructurar y reescribir la documentación recopilada, que ha complementado con más de 60 mapas y numerosos textos procedentes de todo el Alto Aragón.
La búsqueda de estos textos, de los que se han incorporado al libro varios escritos en cada dialecto y que reúnen géneros tan variados como canciones populares, poemas o pregones de fiestas, entre otros, no resultó nada sencilla. Así, explica el autor, "hay dialectos de los que existía muchísima obra escrita, como el cheso, el alto ribagorzano o el patués. Sin embargo, de otras variedades ha sido muy difícil, especialmente las procedentes de aquellas zonas de la provincia que han sufrido una mayor despoblación, como en el caso de la Sierra de Guara, o en las que no existían apenas documentos escritos, como los valles de Vió y de Broto".
Esta obra, realizada gracias al apoyo del Instituto de Estudios Altoaragoneses, el grupo Filar, el Departamento de Educación del Gobierno aragonés y el Consello d'a Fabla Aragonesa, busca ofrecer una comparación entre unos dialectos y otros, de forma que resulte más sencillo observar las semejanzas y diferencias entre ellos.
Aunque Francho Nagore espera "que lo lean, sobre todo, filólogos especializados en lenguas romances", asegura que "puede servir para que cualquier persona que tenga un cierto aprecio por la lengua aragonesa vea cómo se reflejan las características de cada una de sus variedades en los textos". Una obra, en definitiva, que aporta una nueva visión de gran interés para el desarrollo de los estudios sobre la lengua aragonesa.
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