Año tras año, la tradicional ‘Tronca de Nabidá’ gana seguidores entre los niños de Zaragoza. Esta antigua tradición aragonesa tiene cabida estos días entre la variedad de actos que se organizan antes de Navidad.
Asociaciones vecinales, peñas, colegios y otros colectivos apuestan cada vez más por lo tradicional con el objetivo de enseñar a los más pequeños cómo se vivían estas fechas años atrás.
Organizaciones como el Ligallo de Fablans tienen parte de la culpa. Desde hace más de 15 años reúnen en torno al tizón más grande de la leñera a niños de diversas localidades de Aragón como Zaragoza, Huesca y Sabiñánigo.
Tras la preceptiva bendición con vino y varios golpes con un palo, este tronco mágico de leña seca suelta los caramelos y frutos que previamente se han escondido en su interior. También puede entregar a los niños algún mensaje en el que indique la ubicación de un regalo más grande.
Origen egipcio
La Tronca hunde sus raíces en el Antiguo Egipto y la adoración al Dios Ra, el dios del sol. Los romanos tomaron esta veneración como propia y la extendieron a todos los territorios conquistados. Más adelante, los cristianos recurrieron a esta fiesta del Solsticio de Invierno para, al hacerla coincidir con el Nacimiento de Jesús, cristianizar a las comunidades no creyentes.
La festividad es un elemento importante en la cultura de la Corona de Aragón, y ha llegado hasta nuestros días en distintas variantes. El presidente del Ligallo de Fablans, Chan Baos, afirma que se trata de una celebración familiar que ha dejado huella de distintos puntos de la antigua Corona.
“En algunos sitios de Aragón la fiesta se centra más en los regalos, en otras se centra en el fuego, y hay otras en las que comparten el protagonismo”, explica Baos. Éste añade que la Tronca “tiene un gran impacto” entre los niños, quienes cada vez más la asimilan como una visita indispensable en estas fechas de regalos.
En el Ligallo de Fablans lamentan que, entre otras celebraciones navideñas, la Tronca de Nabidá es la que más sufre lo que consideran un “azote propagandístico” de otros hábitos adquiridos posteriormente, como Papá Noel, “ya que solo puede promocionarse desde lo local o minoritario”. Por ello, Baos considera que saber transmitir correctamente el rito de la Tronca es toda una responsabilidad.
A la ‘Tronca de Nabidá’ se suman estos días las rondas de gaiteros, las muestras de teatro y villancicos, los concursos de dibujo y las chocolatadas. Son solo algunas de las actividades programadas para recibir la Navidad, siempre con los niños como protagonistas.
Fuente: www.tenzaragoza.es
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