La fundación Gaspar Torrente ve «términos anticuados» en estos documentos escolares. Solicitan más esmero al elaborar los contenidos de la materia lingüística.
La fundación Gaspar Torrente para la investigación y desarrollo del aragonesismo denuncia «errores y omisiones» acerca de las lenguas propias del territorio, el aragonés y el catalán, en varios libros de texto de educación Primaria y Secundaria que se utilizan en los centros de la comunidad. En concreto, desde la entidad enumeran hasta 16 casos en los que ambos idiomas no se nombran o, a su juicio, se hace con denominaciones incorrectas, en manuales de cursos que van desde tercero de Primaria hasta primero de Bachillerato, ambos incluidos.
Por ejemplo, en lo que respecta al libro de cuarto de Primaria de la editorial Santillana, se especifica lo siguiente: «La lengua que estamos usando en este momento es el castellano o español. Es una lengua que se habla en toda España y también en muchos países de América. En los diferentes lugares en los que se habla, el español tiene unas características particulares. A veces entre una zona y otra hay diferencias de pronunciación, de vocabulario... pero la lengua sigue siendo la misma». Y se añade: «En algunos lugares de España, además del castellano, se hablan otras lenguas: gallego, vasco, catalán...».
Para la fundación, esta definición no es adecuada y extiende sus críticas a los manuales de tercero y quinto de Primaria de la misma editorial. De esta manera, aunque son conscientes «conscientes» de que la información que puede aportarse a los alumnos de estos cursos «no puede ser exhaustiva, hay que considerar que, al menos, en los libros de texto destinados a los alumnos de Aragón debería hacerse constar la existencia de las dos lenguas propias de la misma».
Precisamente, en ese mismo comentario, resumen: «La omisión, la invisibilidad o la ocultación es una constante en todos los libros de texto e incide negativamente en la opinión que se va creando en los niños y, por extensión, en las familias sobre el particular».
Otro de los casos que denuncian es el del libro de primero de ESO de la editorial Almadraba. En este caso, no por omisión, sino por incluir como dialecto al aragonés que, por cierto, también citan como navarroaragonés, una denominación «anticuada» para la fundación. Al respecto, comentan que «la tradicional diferenciación entre lengua y dialecto es considerada en la actualidad por muchos estudios una distinción más ideológica y política que lingüística» .
IGNORANCIA
En la misma línea, el libro de Historia de la editorial Santillana para segundo de ESO manifiesta: «Del asturleonés y del navarroaragonés queda un conjunto de hablas sin la consideración de lengua». El comentario de la entidad aragonesista es que «seguramente será la opinión de la autora, pero a los niños habría que educarlos en el respeto a la legislación vigente», y citan las leyes territoriales que reconocen estos idiomas como lenguas. Además, omite la existencia del catalán en la comunidad.
«El error más duro es la pura ignorancia», manifiesta el miembro del patronato de la fundación, Miguel Martínez Tomey, quien explica que el fallo más recurrente es la omisión de estas dos lenguas. «Lo que no se menciona, no existe», asevera. Y, cuando sí que se nombram «en el mejor de los casos, se introduce, lo cual es también grave, una actitud más propia de lo ideolóigico que lo científico, al considerar unas lenguas y otros dialectos. Depende de la consideración social que les aportes», indica. Además, alerta de que «hay excesiva precipitación a la hora de elaborar esos textos, con términos anticuados como asturleonés o el navarroaragoés, una definición totalmente trasnochada». Además, achacan que estos textos producen «confusión» con afirmaciones como que existen cuatro lenguas, que «serán las oficiales mayoritarias, porque se dejan, por ejemplo, el aranés», oficial en toda Cataluña.
«Habría que remarcar que unas están reconocidas como oficiales y otras no, pero que son lenguas también», relata. Además, observa en estos ejemplos «patrones muy reduccionistas de la realidad linguistica». Y asevera: «Deberían aportar conocimiento y no desconocimiento, más en los libros aragoneses», en los que, considera, se debería reflejar la Ley de Lenguas de la comunidad. Al respecto, recuerda que el aragonés «no se habla en otro sitio que no sea Aragón». Por ello, añade: «Queremos llamar la atención de autoridades y editores para que se esmeren en una materia tan sensible como el conocimiento de las lenguas» y espera que la denuncia de esto fallos sea «un estímulo para este debate y no conformarnos con este miserable y vergonzoso tratamiento de estas lenguas».
Fuente: elperiodicodearagon.com