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¡ESA LENGUA!

No es un placer sacar hoy la lengua contra el Gobierno, acaso es un peligro que te la corten pero tampoco y tan siquiera un deber. Ni una impertinencia, que hoy es el Día Mundial de la Lengua Materna y no solo de pan vive el hombre. Ni todo es economía en esta crisis. Sacar la lengua y hablar de las lenguas minoritarias de Aragón, es hoy para mí una obligación moral como expresidente que fui del Consejo Superior de las Lenguas Aragonesas.

Soy consciente de que la lengua que se habla en las comarcas orientales de Aragón --muy a pesar de quienes hablan solo aragonés occidental y escuchan solo en cristiano-- sobrevivirá. Lo que celebro y es parte de mi satisfacción. En cambio la lengua aragonesa en sentido estricto, el aragonés, me parece ya un cadáver legado a la ciencia, a los lingüistas, y una reliquia para sus devotos. Lo lamento. Créanme si les digo que para mí es una pérdida irreparable, mayor que la extinción del urogallo en los Pirineos. Pero no lo puedo evitar, y los que podrían no saben o no quieren: mientras unos discuten si galgos o podencos y dejan escapar la última oportunidad, otros se alegran y fomentan esa algarabía desde el Gobierno. Para que me entiendan o me entienda mejor la que más debe, permitidme que lo diga clar i català y sin morderme la lengua:

EIXA COSA que no pot anomenar-se és per a alguns castellans aragonesos com l'Eccehomo de Borja INRI d'Aragó. I l'altra llengua, l'aragonès, com un 'mañico' de calça curta i mocador lligat al cap. M'avergonyeix la imatge que projectem d'Aragó al món i el posa en el mapa. Em fa pena. I el pitjor de tot és que així i ací no ens puguem entendre amb ningú: ni entre nosaltres, ni amb els nostres veïns, ni amb ningú del món
 
Conozco a más de uno que ha hecho carrera política sin aprobar antes lo que hoy llamamos Educación para la Ciudadanía o su equivalente en formación general básica; como por ejemplo, urbanidad o modos y crianza que diría la abuela. Conozco a más de uno que no sabe que los ciudadanos tienen derecho a hacer preguntas y los gobernantes el deber de responderlas. Y si lo saben y no practican, tanto peor: dejan de ser presuntos ignorantes para ser obviamente demócratas que no practican. En este país de la real gana la justicia puede menos contra el poder que el poder contra el dinero, que ya es decir. Pero aunque comprendamos algunos recortes económicos para salir de la crisis cuando los mercados mandan, no podemos admitir que nos recorten los derechos civiles para hundirnos en el antiguo régimen. El derecho a la propia lengua es inseparable del que tenemos todos a la libre expresión. Y un pueblo que no puede expresarse en su propia lengua es un pueblo colonizado en su propia tierra. No somos súbditos ni vasallos, basta ya, ha llegado la hora de los ciudadanos. Cuando era niño y me pasaba, me advertían los mayores: ¡Eixa llengua!, y el niño se callaba. Hoy no puedo, y digo lo que quiero aunque nadie me escuche. En eso hemos ganado.

Otra cosa es que nos respondan, o que le saquemos los colores a quien sacamos la lengua. Nada, no se inmutan. A mediados de abril del año pasado el Consejo Superior de las Lenguas Aragonesas envió una carta al departamento correspondiente reclamando el borrador de un proyecto de ley sobre la materia en la que se supone tendría que aconsejar al Gobierno : "Todos los miembros de este Consejo --se decía en ella-- se sienten particularmente responsables ante los ciudadanos aragoneses (-.) por la falta de cumplimiento de la Ley vigente y la tardanza inexplicable en tal situación para cumplir lo prometido", es decir, el envío del borrador aludido. Esa carta, cuyo texto fue redactado y aprobado por unanimidad en el Pleno del 16 de abril, no obtuvo respuesta. Y los consejeros decidimos el 18 de mayo, unos, dimitir de los cargos orgánicos y todos permanecer en el Consejo para asumir la responsabilidad colegialmente y desempeñar las funciones asignadas por la Ley dentro de lo posible.

Muchos pensarán que ese tema, eso del catalán, ya huele, y algunos dirán incluso que ese bien inmaterial --si lo es para ellos-- vale menos que los bienes de la Franja. Y con lo que está cayendo no tiene sentido volver con la tabarra. Mejor aprender inglés, francés y alemán, que eso sí que puede reducir el paro y preparar a los jóvenes aragoneses para encontrar trabajo aunque sea en el extranjero. Vale, reconozco que eso del catalán es una anécdota. Y otra lo del aragonés. Pero cuidado, lo que se critica no es un hecho cualquiera sino el desprecio de una ley vigente, el ninguneo de una institución pública y el recorte de unos derechos. Y lo que se dice es que nadie está por encima de la ley. ¿O sí? Pero en este caso apaga y vámonos : ¡Se ha feito de nuey! Y la categoría brilla por su ausencia.

José Bada 21/02/2013

Fuente: www.elperiodicodearagon.com

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